Despega los ojos del móvil y aprende a hacer algo con las manos

Los cursos ‘craft’ y de artesanía triunfan en Internet. Sirven para desconectar y para desarrollar la creatividad, pero también son una vía para emprender


Un par de cursos online fueron el punto de inflexión para que Ana Sola dejara su empleo y se lanzara a emprender. Esta ilustradora, que trabajaba llevando la presencia digital de una pequeña empresa, aprendió la laboriosa técnica del carvado de sellos a través de una pantalla; hoy tiene su propio negocio, en el que crea dibujos personalizados que después talla con mimo sobre la goma. Su caso es un ejemplo de cómo lo craft y lo artesanal van ganando terreno en un mundo, el de Internet y las redes sociales, aparentemente antagónico. Grandes plataformas pero también pequeñas academias ofrecen formación online en un sinfín de habilidades manuales, con el hilo conductor común de la creatividad. Y cada vez tienen más alumnos. Algunos se apuntan simplemente para desconectar y otros para inventarse una nueva vida profesional.

La web Domestika, el mayor repositorio en español de cursos en línea para ejercitar la creatividad, es un baúl repleto de píldoras con las que aprender las técnicas más inverosímiles. Pero junto a habilidades cada vez más valoradas por el empuje de lo digital, como el vídeo o el 3D, hay varios capítulos dedicados a disciplinas mucho más artesanales que exigen despegar la mirada de la pantalla y mover las manos. Ilustración, caligrafía y técnicas craft le disputan el protagonismo al enésimo curso sobre cómo dominar Photoshop. Así, un taller para pintar con hilo acumula más de 4.500 alumnos, otro de iniciación al bordado tiene casi 6.500 estudiantes y un curso de lettering presume de haber enseñado a 7.000 personas los secretos de esta técnica que arrasa en Instagram.

La ceramista Paula Casella, argentina afincada en Madrid desde hace casi dos décadas y creadora de la marca de cerámica orgánica Bambucito, había hecho varios de esos talleres cuando decidió enviar un correo a la plataforma para proponerles crear un curso básico sobre cerámica. En 21 lecciones y casi cuatro horas, explica paso a paso cómo aprender a trabajar con barro desde cero y en casa. En menos de dos meses ha conseguido más de 500 alumnos, una cifra mareante si la compara con la decena de personas que suelen acudir a los talleres presenciales que imparte en el Ayuntamiento de la capital.




“La gente piensa que no sirve, que no es creativa… pero no entienden que la creatividad se aprende. Si a uno le despiertan lo que tiene dentro es posible, pero para eso te tienen que enseñar y guiar”, asegura Casella, que ya tiene ideas para otros tres talleres online. Precisamente la creatividad emerge como una de las vacunas más eficaces ante la temida automatización. El Foro Económico Mundial pronostica que en 2020 será la tercera habilidad más demandada por las empresas. Y LinkedIn, la red social del empleo, ya la ha colocado como la cualidad más deseada en el entorno laboral para este año.


Entradas populares